domingo, 15 de marzo de 2009


Y el rumor de esa noche

nos desnuda los poros

descubriendo las pulsantes arterias

que laten al fulgor de la pasión,

enredados en la niebla

que juguetea entre los cuerpos

y el vaho de nuestras almas

humedece las erógenas zonas

de la entregada madrugada



- tacto impetuoso desbocando la excitación -



los gemidos contagiantes

de tu mente orgásmica

ensordecen el estruendo

de cada pacto dérmico,

nos ahogamos en las lagunas

que brotan aterciopeladas

de nuestros excesos;

olvidamos nuestros nombres

y el raciocinio impecable

se pierde en paisajes sabáticos

hipnotizado por los jadeos



- excusa perfecta para tomarte -



poseernos mutuamente obscenos

en los tiempos transitorios

donde las caricias pierden su anonimato,

me suplicas más y más

entre orgasmos extrasensoriales

al borde del mortal pecado

entre el paraíso al sur de tu ombligo

y el infierno al norte de mis muslos

soborno las ansiosas súplicas

con ímpetu de lujuria,

incendio tus entrañas

con la eterna sensación de alcanzar el vacío

fugaz estremeces tu cuerpo

y los espasmos oxigenando la libido carnal

nos entregan al sendero del infinito placer