lunes, 27 de junio de 2011

“NO TOMES COMO PRIORIDAD A QUIEN SOLO TE TIENE COMO UNA OPCION”

Esta frase, pequeña pero llena de tanta verdad, de seguro ha rondado la cabeza de más de uno en algún momento e indudablemente se han hecho la misma pregunta: Cuándo eres una opción para alguien y cuándo eres una prioridad??

Si me lo preguntan, la respuesta es simple y a la vez compleja; como entiendo yo el ser una opción para otra persona? muy sencillo, es cuando te toman como una parte más del plan, te acomodan en el mismo a ver si cabes en un espacio u otro; de este modo no alteran su rutina o su planificación, en pocas palabras no eres más que una parte mas del plan: a veces el plan diario que es lo más triste, es como comprar el periódico. No eres vital en el plan quizá una parte importante en el mismo pero definitivamente no vital en su vida,; pues no has cambiado ni logras cambiar el rumbo de cada día

Ser una prioridad, de hecho cuando eres una prioridad, las cosas son completamente diferentes; la persona no debe ponerte en un angosto o minúsculo lugar en la planificación de su apretada agenda, sino que planifica toda su agenda para que pueda compartir tiempo y en ocasiones dedicar todo el tiempo a la persona que es prioridad para el o ella, no porque debe sino porque simple y sencillamente tiene un lugar importante en su vida, porque realmente quiere estar contigo, donde las trivialidades y banalidades del agitado mundo no son importantes: porque el tiempo y el espacio son menos importantes que pasar contigo.

Esto no solo hablando en términos de una relación sentimental, necesario y por demás está aclarar que es vital pues AMOR se traduce en TIEMPO y CALIDAD DE TIEMPO, sino también en una relación familiar o de Amistad y es el momento donde establecemos prioridades y decidimos dedicar tiempos a estas prioridades.

Es necesario entonces tomar unos pocos segundo para analizar a quien dedicas tu tiempo y es este realmente el tiempo que merece en base a la prioridad que le diste??

Reevaluar nuestras prioridades y pensar que quizá se ha asignado una menor prioridad a alguien que merece una mayor y viceversa es no sólo necesario sino además saludable.