sábado, 1 de noviembre de 2014

Quiero compartir un silencio

-una eternidad-

atrapado entre el nunca y el después;

inevitablemente me invade

la quietud de una espera,

y todo cabe en un verso

-sosteniendo mi alma quebrada-

en un puñado de lamentos

sobre el limo blanco

de una fría hoja;

mil asaltos literarios

robando líneas azules,

ultrajando armonías,



un breve texto

extraviado en el laberinto


de otro mítico relato

-sombras vagas-

mariposa de oscuras alas,

de gestos vanos y gastados,

de entrañas tibias y estériles;

mujer de senos peregrinos,

palabras transparentes

y mil moradas del miedo,

y todo cabe en un verso.